Historia


[...]Toda aquella Montaña de Cuerno, Attreyu lo comprendió de pronto, era un único y monstruoso animal, una formidable tortuga de pantano: ¡la vetusta Morla!, el ser más viejo de Fantasía.[...]


 Como una banda de seis estudiantes del instituto Jose Luís Sampedro de Tres Cantos ha llegado a ser una de las referencias de la música independiente en nuestro país. Una trayectoria llena de dificultades solventadas a base de trabajo y constancia


Ni los premios ni los reconocimientos han cambiado la forma de trabajar de este grupo de Tres Cantos (Madrid). Vetusta Morla (en honor a la tortuga Morla, de la obra La historia Interminable, que optó por creerse lo justo para no convertirse en nada) está recibiendo el éxito que ha cosechado durante tanto tiempo, siempre fieles a sus ideas, a su estilo, a su método de trabajo.

Para conocer los orígenes de este peculiar grupo madrileño, debemos viajar al instituto José Luis Sampedro a finales de la década de los 90. Curiosamente, pocos años antes del auge televisivo de OT (Operación Triunfo, emitido en TVE en sus inicios) seis jóvenes de diferente extracción social -hay desde hijos de escritores a hijos de carniceros- se juntan para actuar en las semanas culturales del instituto, organizadas por Alberto Ortega, el implacable pero entrañable profesor de Filosofía. 

Se hace una votación sobre cuál sería el nombre del grupo. Hay una lista larga de varias "horribles" opciones, entre las que está Látex. Al fin, Guillermo Galván propone Vetusta Morla. "Destrozábamos canciones de Loquillo, Aerosmith, Lenny Kravitz... " declaró Juan Manuel Latorre, guitarrista del grupo

Su andadura musical no ha sido para nada un camino sencillo. Detrás de su éxito se esconden horas y horas de trabajo, dedicación y complicaciones superadas a base de esfuerzo. Tras el instituto, muchos fueron los conciertos en los que apenas congregaban a unas decenas de personas como público; pero para ellos (como han declarado innumerables veces en entrevistas) no hay escenario ni público pequeño. En ningún momento Vetusta Morla desistió en su intento, los desencantos se sufragaban con una fórmula: trabajo, trabajo y más trabajo. Lejos de amilanarse, el grupo graba en 2000 su primera maqueta –13 horas con Lucy–.

 

Unos meses después de la grabación, en 2001, llegó un “revés” para el grupo de Tres Cantos. Pucho, su vocalista, abandona sus estudios de historia y se marcha a Londres a trabajar.¿Disolución de la banda? De eso nada. El grupo continua con sus ensayos y rumbo a Londres parten periódicamente cintas de cassete para que el vocalista trabaje por su cuenta. Vetusta Morla seguía, al igual que la tortuga Morla, lentamente el camino que tenía marcado. 

Vetusta Morla funciona como una asamblea. Todo se decide por consenso, cada uno tiene su función y no hay lucha de egos. 
"Cuando empezamos apenas sabíamos tocar. Ninguno de nosotros tenía la suficiente seguridad para coger las riendas. Nos necesitábamos los unos a los otros. Y ha sido un crecimiento conjunto. Somos lo que somos gracias a cada uno de nosotros".

Tras el instituto son años de muchos conciertos, algunos ante cinco personas ("Si contamos a los camareros de aquel bar de Lugo eran siete", bromean).

Será entre 2001 y 2005 cuando, por fin, despegue la banda madrileña. Coincidiendo con los rechazos masivos de las discográficas hacia grupos y bandas nacionales (debido al éxito de OT), Vetusta Morla con apariciones en circuitos menos comerciales como Los conciertos de Radio 3 se fue labrando un nombre dentro del panorama de la música independiente. Durante este periodo, las actuaciones en salas repartidas por toda la geografía madrileña son frecuentes, y el nombre de Vetusta Morla comienza a sonar en el panorama musical. La confirmación de que el camino elegido por la banda de Tres Cantos era el adecuado llegó en 2005, con la publicación de Mira, un minidisco de 7 temas.

No obstante, sería en 2006 cuando verdaderamente se cimentase ese camino que la tortuga Morla llevaba recorriendo casi 10 años. En la azotea de una casa rehabilitada en Beirut (Líbano), donde el grupo participaba en un Festival Internacional, se tomó una decisión que iba a marcar el desarrollo de Vetusta Morla; una decisión que ha llevado a Vetusta Morla a ser lo que es hoy. Allí, cerveza en mano, los miembros del grupo firmaron un pacto, un compromiso tan arriesgado en su día como exitoso a la postre: dejar paulatinamente sus empleos para que la música pasase de afición a profesión. Así, poco a poco todos los miembros de la nave fueron abandonando su ocupación: Pucho (vocalista) dejó su trabajo de diseñador gráfico; Juan Manuel Latorre (guitarra y teclado) dejó Radio 3 en la Nochebuena de 2008; Guillermo Galván (guitarra y teclado) que acaba de ser padre, con estudios de Comunicación Audiovisual, lo mismo; David García (batería), abandonó la pedagogía; Álvaro B. Baglietto (bajista) abandonó su puesto de conductor para una empresa de reformas y Jorge González (percusiones y programaciones) el mismo día que llenaron La Riviera por primera vez en 2009 le llamaron para cubrir una plaza de interino como profesor de educación física. Eligió, como todos, la música.

"Todavía nos emocionamos al recordar ese momento", aseguran.

¿El motivo de sus abandonos? Se editó en 2008 y se llamó Un día en el Mundo. Para gran parte de la crítica es el mejor disco de debut de un grupo musical en la historia de España. Los premios cosechados a raíz de Un día en el Mundo así lo acreditan: Artista Revelación del año 2008 para EP3 (El País), en Enero de 2009 el grupo obtiene el galardón “Tras la 2” en la categoría de mejor propuesta musical (TVE). En Febrero Vetusta Morla arrasa en la XIII edición de los Premios de la música otorgados por la academia de las Artes y las Ciencias de la Música (el grupo acapara autor revelación, artista revelación y mejor álbum de Pop Alternativo, las tres candidaturas a las que optaba), también la banda madrileña fue protagonista en la gala de los premios de la Música Independiente de la UFI (Unión fonográfica Independiente) donde recibió premios a mejor artista, mejor álbum, mejor álbum rock y mejor canción. Cerró el año 2009 con la declaración en Septiembre de mejor grupo español en la IV edición de Premios de la Música y la Creación Independiente Pop-Eye. Como colofón, en Enero de 2010, Un día en el Mundo es elegido mejor disco nacional de la última década por la revista Indyrock. (Además de liderar las listas de portales musicales como MTV, Heineken, Rockzone…).

Se enuncia esta lista de premios cosechados por el grupo, porque más de uno se debe rasgar las vestiduras cada vez que escuche los acordes de Vetusta Morla.Cuando levantan el teléfono para llamar a las discográficas lo primero que escuchan es un "¿Vetusta qué? Uy, no, para empezar ese nombre habría que cambiarlo". No a toda la crítica Un día en el Mundo le pareció tan buen material, o más bien, no supieron darse a cuenta de lo que tenían en sus manos:

"Las discográficas independientes nos decían que teníamos un sonido muy comercial. Y las multinacionales, que era muy independiente"

Quién sabe si esto hizo de Vetusta Morla un grupo más fuerte y con mayor capacidad de superación, pero lo que si es seguro, es que reforzó su línea de trabajo independiente.

La tortuga Morla se había encontrado una piedra en su tan trabajado camino. Lo que no sabía Morla era que su solución a ese escollo sería una mina de oro. El grupo aplicó ese proverbio, el que dice que nadie hace mejor las cosas que uno mismo. Los integrantes de Vetusta Morla decidieron rodearse de gente de confianza que les ayudase a trabajar (búsqueda de conciertos, prensa, etc.) y crear su propio sello discográfico para autoeditarse su disco.

 El proyecto Pequeño Salto Mortal (nombre del sello) estaba en marcha, y resultó ser todo un éxito. Todo el mundo hablaba de Un Día en el Mundo; todo el mundo hablaba de Vetusta Morla. Tan grande fue el éxito cosechado por su sello discográfico, que han repetido la misma fórmula para editar su segundo disco, Mapas (2011), del que han vendido más de 25.000 copias y que fue ofrecido en exclusiva a sus fans a través de su página Web. Han aprendido a guisárselo y comérselo. Pucho controla la estética (él se ha encargado de elegir la portada del nuevo disco), Juanma, que es periodista, trata con los medios y escribe las notas de prensa. Y El Indio (batería) gestiona la pasta.

Algunos de los dirigentes de grandes multinacionales han afirmado, que no se arrepienten en nada de haber rechazado acoger el proyecto, ya que nadie como ellos mismos podían gestionar tan bien su camino. Ese camino, que lentamente, como el paso de la tortuga Morla de Michael Ende, han sabido construir para alcanzar el premio que merece tanta constancia, esfuerzo y dedicación. Un camino que les ha hecho convertirse en una revelación de la música Indie; que les ha llevado a tener uno de los mejores directos de España, un directo equivalente a una sacudida de sensaciones que son el reflejo de todo el trabajo realizado con anterioridad. Un camino, que en definitiva, ha llevado a Vetusta Morla a convertirse en una de las referencias musicales de nuestro país.








Finalmente explicar un par de detalles de la biografía de Vetusta que se han convertido ya en hitos del pop español reciente y amenazan con convertirse en leyendas urbanas. Sí, estuvieron casi diez años tocando sin publicar más que ocasionales EPs. No, no estuvieron amasando todo este tiempo las doce canciones de Un día en el mundo. Sí, estuvieron ahorrando todo ese tiempo el dinero ganado en conciertos para pagarse su debut. No, no rechazaron ofertas de multinacionales millonarias para abogar por la independencia –Guillermo: “eran del plan ‘déjame tu casa y que me folle a tu novia'; querían nuestro disco gratis y hacerse cargo sólo de la distribución"–. Y sí, la primera tirada de Un día...  (2.080 copias) incluía en cada disco una pieza distinta del puzzle que componía la portada del disco. Esa pieza, junto a las transparencias en las que venían las letras, fueron introducidas manualmente por los miembros de la banda.
 “Cuando salió el disco yo curraba en una empresa de reformas", recuerda Álvaro. “A la hora de la comida iba a la oficina de nuestra distribuidora para ver cómo iban las ventas. Aparecía allí con el mono puesto. Los tipos flipaban. Después de unos días repitiendo la jugada,uno de los que curraban allí me dijo: ‘No hagas esto'”.